Entre los españoles abunda un
tipo de bestia infame que podríamos calificar como Pensador Sumario, e incluso
Sumarísimo. Consiste este espécimen siniestro, a la vez que ridículo, en un ser
que encuentra de forma sospechosamente rauda respuesta y solución a todas y
cada una de las incógnitas que plantea constantemente la Vida. Juzga y sentencia a la velocidad del
rayo; condena sin miramientos, y, en fin, opina de los más diversos temas sin
el más mínimo atisbo de duda. Lo habréis encontrado, y lo seguiréis
encontrando, en multitud de ocasiones, y os habréis planteado invitarlo a la
reflexión serena sobre algún asunto. Es una pérdida de tiempo en grado sumo. A
este personajillo tan español solo se le
puede aplicar la máxima de Baltasar Gracián: saber sufrir a los necios. Paciencia, mucha paciencia. Y, en la medida
de lo posible, evitarlos con la mayor desfachatez.