domingo, 27 de enero de 2013



Hugo “La Garza” Sosa

(Un  delincuente con código)

La aguja cuenta hacia atrás, hacia el vacío,
mientras detengo el blindado
y, aunque detesto la plata con sangre,
 advierto a sus ocupantes de que
no dudaré en liquidar
al pelotudo que se haga el machote.

La aguja cuenta hacia atrás, repito,
 hacia el momento en que seremos capturados,
vivos o muertos.

Porque no hay que engañarse, señoras y señores,
este asunto de caballeros solo tiene dos finales:
 Devoto o el camposanto.

Hasta ese momento, y como dijo Borges,
rendimos culto a ese lujo que es el coraje,
mientras la adrenalina late en la culata del revólver.

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