Hugo “La Garza” Sosa
(Un delincuente con código)
La aguja cuenta hacia
atrás, hacia el vacío,
mientras detengo el
blindado
y, aunque detesto la
plata con sangre,
advierto a sus ocupantes de que
no dudaré en liquidar
al pelotudo que se
haga el machote.
La aguja cuenta hacia
atrás, repito,
hacia el momento en que seremos capturados,
vivos o muertos.
Porque no hay que
engañarse, señoras y señores,
este asunto de caballeros
solo tiene dos finales:
Devoto o el camposanto.
Hasta ese momento, y
como dijo Borges,
rendimos culto a ese
lujo que es el coraje,
mientras la
adrenalina late en la culata del revólver.
No hay comentarios:
Publicar un comentario