sábado, 19 de enero de 2013



Para Ernesto Mallo
LASCANO

Sospechoso de no creer en la despótica aritmética de los uniformados,
nuestro hombre tiene vocación de hacer justicia.

Sorteando cada noche los abismos de la soledad y el miedo,
Venancio Ismael Lascano pertenece a la estirpe
de los que coleccionan restos de humanidad en medio del desastre,
de los que no se pliegan a la voluntad del horror,
de los que sienten el amor y  la amistad como tablas de salvación
en este océano de maldad infinita.

Marisa, Eva, Fuseli, aún hay esperanza…
Comisario Lascano, ¡nunca nos faltes!