Para Ernesto
Mallo
LASCANO
Sospechoso
de no creer en la despótica aritmética de los uniformados,
nuestro
hombre tiene vocación de hacer justicia.
Sorteando
cada noche los abismos de la soledad y el miedo,
Venancio
Ismael Lascano pertenece a la estirpe
de los que
coleccionan restos de humanidad en medio del desastre,
de los que
no se pliegan a la voluntad del horror,
de los que
sienten el amor y la amistad como tablas
de salvación
en este
océano de maldad infinita.
Marisa,
Eva, Fuseli, aún hay esperanza…
Comisario
Lascano, ¡nunca nos faltes!