A lo mismo que contestó Hugo “La Garza” Sosa cuando le preguntaron a
qué se dedicaba: “a quitarle los piojos a los que tienen muchos”, se dedican los
hombres que, sin pegar ni un solo tiro, atracaron un avión en el aeropuerto de
Bruselas, llevándose 120 paquetes con piedras preciosas: unos 37 millones de
euros. No voy a disimular que admiro el coraje de estos hombres. Al menos,
ellos se la juegan, no como otros, que se parapetan tras el partido político de
turno para desvalijar las arcas públicas. Las piedras preciosas procedían de
Amberes, capital mundial del sector, que factura 42.000 millones de euros al
año. Bravo.
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