Ada Colau llamó criminal a un
representante de la banca, empleando el lenguaje con la valentía de llamar a
las cosas por su nombre, pese a lo que digan los biempensantes que se la cogen
con papel de fumar, ya que, aceptando que criminal es quien comete un crimen, y
crimen es: “acción voluntaria de matar o herir gravemente a alguien”, que me
digan esos voceros del poder económico si las personas que son puestas en la
calle sin miramientos, no son heridas en su dignidad, estigmatizadas en su
indefensión, todo por la sencilla razón de ser pobres.
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