MARILYN
Afuera quedan los focos y la triste envidia,
(bien sé que quieren verme en el fango).
Afuera queda la baba infecta de los temibles,
terribles pretendientes, y sus sonrisas de hienas.
Afuera queda la diva de curvas
de infarto,
rubia miope, que, al cantar, licua los corazones,
diosa del sexo, capaz de despertar al más dormido,
cuyo nombre es Marilyn Monroe…
Ahora, en este apartamento, que mandé pintar de blanco
como símbolo de la pureza que la vida siempre
me negó, me quito los tacones,
y soy, por fin, una preciosa mujer.
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