martes, 19 de marzo de 2013


Durante el boom inmobiliario, canto de sirenas disparatado, época en la que nos convertimos en autómatas y abrazamos con entusiasmo los mandamientos del catecismo del confort (¡cuánto nos perdimos el respeto!), enterramos todas las preguntas que nos constituyen como seres humanos y redujimos nuestro destino a acaparar cachivaches que no necesitábamos… Esto ya no lo podemos cambiar, pero ¿qué hemos aprendido de esta época, tan esplendorosa como falaz, de cara al futuro? 

No hay comentarios:

Publicar un comentario