sábado, 23 de marzo de 2013


En España, país de paranoicos, papanatas y envidiosos, colocamos en un pedestal a determinados personajillos para luego derribarlos y arrastrarlos por el fango sin la más mínima compasión. Y así nos vamos divirtiendo. Lo malo es que mientras nos dedicamos a reírnos con estas sandeces, no estamos pendientes de lo que nos interesa realmente. Y así nos va.

No hay comentarios:

Publicar un comentario