jueves, 28 de marzo de 2013


La tolerancia ha de ser el principio básico en las sociedades donde se pretenda convivir respetando la pluralidad de pareceres democráticos. Ahora bien, la tolerancia de aquellos que han demostrado su afán por dinamitar la convivencia pacífica e imponer sus principios totalitarios a los demás es una tolerancia estúpida y suicida. Tolerar la peligrosa ascensión de esta gentuza nos costará muy caro. 

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