jueves, 11 de abril de 2013


Los trabajadores del Puerto de Cartagena ahorcan a un muñeco que representa al ministro Cristóbal Montoro delante de los talleres de Autoridad Portuaria. La situación en España ha llegado a tal extremo de gravedad que los ciudadanos, no solo no esperan nada bueno de la clase/casta política, sino que tienen que dedicar todos sus esfuerzos a defenderse de las continuas agresiones de dicha clase/casta política. El ministro Montoro facilitó el blanqueo de capitales del narcotráfico, de la prostitución, del tráfico de armas, de Bárcenas y Diego Torres, pero lo llamó amnistía fiscal. Todo son facilidades para el capital, cuanto más sucio mejor. Ahora los trabajadores del Puerto de Cartagena temen por su futuro y por el sus familias, temen verse “ahorcados” por un ministro que, como el resto de sus compañeros, aún no ha puesto en práctica ninguna medida constructiva: el ordeno y mando no vale. Ahora vendrán los periodistas mercenarios, que comen caliente todos los días, que no temen por el futuro de sus familias y empezarán a poner paños calientes: hablarán de calma, de democracia, de paz social. Soportar la violencia del estado no es sinónimo de paz social; es sinónimo de indecente mansedumbre y abyecta cobardía. Qué asco dais. 

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