miércoles, 17 de abril de 2013


Ojalá que los Estados Unidos no se venguen bombardeando a la población (tan inocente como el niño muerto en el atentado de Boston) de los territorios en los que, supuestamente, se refugian terroristas islámicos. Las decisiones tomadas en caliente traen malas consecuencias. Espero que Obama esté a la altura de sus discursos sobre la paz y el amor entre los pueblos y no aproveche su tremendo poderío militar para rentabilizar el atentado desde un punto de vista electoral, a costa, repito, de asesinar a otros inocentes. 

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