Ojalá que los Estados Unidos no se venguen bombardeando a la población
(tan inocente como el niño muerto en el atentado de Boston) de los territorios en
los que, supuestamente, se refugian terroristas islámicos. Las decisiones
tomadas en caliente traen malas consecuencias. Espero que Obama esté a la altura
de sus discursos sobre la paz y el amor entre los pueblos y no aproveche su
tremendo poderío militar para rentabilizar el atentado desde un punto de vista
electoral, a costa, repito, de asesinar a otros inocentes.
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