miércoles, 24 de abril de 2013


Vamos a ver si lo entiendo. A una mujer se la considera adulta hasta que queda embarazada. Una vez que ocurre tal cosa, se convierte en una menor que debe someterse a las directrices de un gobierno que, en vez respetar la aconfesionalidad del Estado, acepta como buenas las rancias recomendaciones de la Conferencia Episcopal Española. Es evidente que cada vez que el gobierno del PP legisla, retrocedemos escandalosamente.

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