El hombre con el que he estado charlando esta mañana se llama Pepe. Le
apodábamos “el Gordo” cuando éramos pequeños y malvados, pero jamás lo dejamos atrás en nuestras exploraciones de caserones abandonados...Pepe es uno de esos
amigos que la vida certifica como hermanos. Puedo estar sin verlo años enteros,
pero sé que puedo contar con él si necesito su ayuda, y viceversa. Le muestro
mi agenda telefónica, en donde sigue figurando como Pepe "el Gordo". Sonríe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario