viernes, 3 de mayo de 2013

Mi admiración por Miguel Harnández es inmensa. Durante la Guerra Civil Española, cuando otros poetas prosperaban en la retaguardia (Alberti), Miguel Hernández estaba en las trincheras, defendiendo con su vida la dignidad humana, luchando por la libertad. Impecable como persona, su poesía es sencillamente maravillosa. "Como una fontana, eterna, en brotar persiste, como un sendero me iré...y no acabaré de irme". 

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