viernes, 24 de mayo de 2013

Una de las tragedias de la vida es que lo que cuesta años construir se destruye en cuestión de minutos. Ayer, unos vándalos volvieron a mutilar una de las figuras del monumento al Procesionista. El autor de este conjunto escultórico, el escultor y maestro cantero Manuel Ardil, fue compañero mío en una escuela taller. Esta mañana declaraba a un locutor de radio la tristeza que siente al ver cómo su obra ha sido agredida desde el primer momento sin que el Ayuntamiento de Cartagena haya hecho nada para preservarla.

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