Bretón. Horno crematorio familiar. Chulería y desparpajo de un
hombrecillo con pinta de seminarista simplón. El hombre devorando a sus hijos. Altivez
cobarde y homicida. El machismo y su espantoso cortejo de fechorías. Este
hombre monstruoso ha demostrado de forma incontestable que no merece ser libre.
Al talego. Y la llave al río.
No hay comentarios:
Publicar un comentario