Desde que falleció mi padre, en Marzo, he ido varias veces a recoger su
autopsia: "vuelva usted otro día" ha sido la respuesta que obtenido en cada ocasión. Esta mañana he ido
una vez más. El funcionario que me atiende, muy amable, me dice que “no tiene ni
la más remota idea de cuánto va tardar en llegar la autopsia”. Detrás de este
hombre hay un montón de carpetas, cada una de las cuales lleva una pegatina que
dice DETENIDOS. Dichas carpetas están dispuestas bajo otra pegatina que
dice PENDIENTES DE JUICIO. Las listas de espera son propias de países subdesarrollados,
independientemente que quien espere sea un paciente o un preso. Al final, ha
anotado un número de teléfono en un post-it y me lo ha dado, diciendo: “llama y
así te ahorras el viaje”. Si Larra levantara la cabeza...
No hay comentarios:
Publicar un comentario