miércoles, 26 de junio de 2013

Hoy es uno de esos días en los que prefiero no pensar. Mi única apetencia es desconectar de mí y dejarme llevar. Pacto una tregua conmigo. Pies ligeros. Alas. No quiero ser centro de huracán. Cancelo tormentas. Aplazo respuestas. Me desnudo frente al sol. Y continúo caminando (eso sí, eso siempre), acallando vocecillas sabihondas que escupen órdenes como implacables ametralladoras. Impertinencias de un yo arrogante y obsesivo.  Suelto amarras. Navego al pairo. 

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