Lord Byron sufría por su tendencia a engordar. Se montaba unas
películas dietéticas demenciales, que le provocaban unas diarreas terribles. Como
todos los veranos, el periódico de hoy dedica una de sus páginas a tratar el
tema de las dietas milagro, para lucir tipito en la playita. La última que se
ha puesto de moda es terrorífica: “Baños de agua fría, dos tazas de café en el
desayuno e inflar globos para aplanar barriga”. La Gestapo ha vuelto.
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