jueves, 11 de julio de 2013

Vivo en un barrio que está a cuatro kilómetros de Cartagena, y aunque tengo un coche muy confortable, me gusta ir allí en autobús. En el barrio decimos bajar a Cartagena. En el trayecto te enteras de los asuntos que ocupan las conversaciones de la gente, asuntos que se repiten una y otra vez: crisis, políticos miserables, fútbol (siempre fútbol), o sexo, si no ha salido ningún videojuego nuevo…También compruebas la forma de tratar dichos asuntos, lo cual es tan importante, o más, que los asuntos en sí mismos; esto es, elevando el tono de voz, sin dejar hablar al interlocutor, y sin matizar lo más mínimo. Curiosamente, el tiempo que emplean, desperdician, millones de personas hablando de asuntos que no afectan a sus vidas lo más mínimo es aterrador. Viajar en autobús me permite mantener el contacto con la realidad, y yo amo la realidad sobre todas las cosas, aunque duela. Vivir en las nubes siendo pobre es peligrosísimo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario