Al hombre que está desayunando a mi lado le mataron a una hija hace
años (un ex novio bárbaro y cobarde le aplastó la cabeza contra el bordillo de una acera). Es
probable que cuando le mostraron el cadáver de su hija deseara morir
inmediatamente, por considerar inadmisible que una hija muera antes que su padre; pero la voluntad de vivir que habita en cada ser humano le impulsó a continuar
caminando. Ojalá que hoy en día, después de tanto tiempo sufriendo por esa
pérdida irreparable, sienta que el mejor homenaje que puede hacer a la memoria
de su hija es seguir viviendo, recordándola sonriente y plena de vida.
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