EL DECIMOTERCERO
Imaginemos a Hércules, sudoroso, empleándose a fondo en su trabajo decimotercero, consistente, nada más y nada menos, que en devanarse los sesos intentando
imaginar la forma más inteligente de enmendar la terrible realidad que dibujan
con trazo inapelable los números que aparecen en un extracto de la cuenta
bancaria de un pensionista español del siglo XXI. Verdaderamente, piensa el sufrido
héroe griego, al borde del colapso, Euristeo era más compasivo.
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