lunes, 21 de octubre de 2013

“El pueblo, unido, jamás será vencido”, es un grito legendario, aparente y vacío. Para llenarse de contenido revolucionario constructivo tendría que decir: “El pueblo, unido, jamás será vencido siempre y cuando los miembros que lo constituyen se propongan ser libres y asuman con tenacidad los medios para conseguirlo”. Ahora sí me gusta, ahora que ha dejado de ser un lema sonajero insustancial para convertirse en un pensamiento fértil. Por cierto, el término pueblo tiene que ir escrito en minúscula para que no pierda el contacto con la realidad.

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