viernes, 18 de octubre de 2013

RITUAL DE APAREAMIENTO

Tocado con un charolado tricornio (lo lustra con frecuencia), perteneciente al nada benemérito personaje histórico Antonio Tejero Molina, que el protagonista de esta espeluznante historia adquirió en una subasta tras pagar un precio astronómico, irrumpe en el dormitorio conyugal y exige a su devota esposa que lo complazca sexualmente. Ella lo recibe con un modelito de ropa interior comprado expresamente para tan primitivo ritual de apareamiento. “Esta noche toca control de alcoholemia”, piensa humedeciéndose los labios (esa tarde lo ha ensayado ante el espejo) como sus actrices porno favoritas. 

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