A nuestra aspirante a Miss Universo le cuesta expresarse. Es evidente
que pensar no es el fuerte de esta canaria de belleza rotunda, insípida y
previsible. Indignada, declara que la pregunta que le hicieron para optar al
título de mujer más bella del Universo Universal fue muy difícil: tuvo que
pensar. No es justo. Estuvo a punto de llorar. No te preocupes, criatura: tu
carita te abrirá todas las puertas, incluso las de las más impenetrables cajas
fuertes.
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