El verdadero ideario anarquista, donde no tienen cabida los estúpidos cócteles molotov, apuesta por el
autocontrol y el respeto, por vivir y dejar vivir; el Estado representa el
control represivo y el miedo. Para entender el anarquismo hay que ser una
persona civilizada; para pertenecer al Estado, basta con ser un borrego y saber
aplaudir con entusiasmo al impostor de turno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario