miércoles, 11 de diciembre de 2013

El verdadero ideario anarquista, donde no tienen cabida los estúpidos cócteles molotov, apuesta por el autocontrol y el respeto, por vivir y dejar vivir; el Estado representa el control represivo y el miedo. Para entender el anarquismo hay que ser una persona civilizada; para pertenecer al Estado, basta con ser un borrego y saber aplaudir con entusiasmo al impostor de turno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario