IRA: ESTUPIDEZ CAPITAL.
Llevo dentro de mí un Ginés irascible, peligroso y estúpido, que no
siempre consigo contener. Esta tarde se ha vuelto a manifestar,
lamentablemente. Tras ese instante brutal e imbécil, me invade el
remordimiento, que como ya nos advirtió Nietzsche, es “tan inútil, como el
mordisco de un perro en una piedra”. La próxima vez, intentaré prevenir la
explosión…
No hay comentarios:
Publicar un comentario