LOCO DE ATAR
El tipo que tuvo la osadía de contestar: “No sé de quién me habla”,
cuando una hiena reportera de la visceral prensa de las vísceras lo asaltó por
la calle para preguntarle sobre el romance de trascendencia nacional del último
famoso “porque yo lo valgo”, está ingresado, por orden judicial, en un psiquiátrico,
por su “incapacidad mental y desfachatez irremediables”. La severísima
sentencia concluye: “Una sociedad que se precie de civilizada no puede permitir
que anden sueltos semejantes seres antisociales”.
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