sábado, 1 de marzo de 2014

CORRUPCIÓN

Digan lo que digan, la corrupción política es sencilla, no requiere de gran inteligencia, basta la nocturnidad, la desvergüenza y una ciudadanía ignorante: dos miserables garrapatas (¡demócratas hasta la médula!) hacen negocio con los fondos públicos mientras se follan a la misma puta. Y, en las próximas elecciones, vuelven a salir elegidos. Así de fácil.

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