PUTA VIDA
Todas las personas que he conocido que cayeron en las garras de la
drogadicción tenían dos características en común: eran buenas y débiles. La
droga les arrebató la poca voluntad que les quedaba y las convirtió en
espeluznantes piltrafas humanas… Algunas tardes, cuando la ambulancia me
traslada al hospital para dializarme, la veo caminar deprisa, ciega, en busca
de otra dosis de infierno en vena. Yo la conocí una noche de verano, cuando ella era deslumbrante, dueña de sí, llena de vida…
No hay comentarios:
Publicar un comentario