martes, 10 de junio de 2014

Un programa político tiene que ser mucho más que un continuo desiderátum. Hay que soñar, sí, pero con el cordón umbilical atornillado al suelo. Esto es, no debemos manipular la realidad para que encajen nuestros deseos infantiles. Antes de aventurarnos en la mar hay que confirmar que el barco flota…

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