Ana Mato sustrajo vergonzosamente la tarjeta sanitaria a miles de
inmigrantes, a miles de hombres y mujeres que se desloman en el durísimo campo, de
sol a sol, por tres euros la hora, sin
cobrar todas las horas que trabajan… Hombres y mujeres perfectamente integrados
en sus barrios, apreciados por muchos de sus vecinos, que han aportado, y
siguen aportando, a esta maldita España mucho más de lo que nos ha aportado esta
impresentable mujer.
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