La histérica pasión por la "rabiosa actualidad", en todo, es uno de lo frutos podridos de esta sociedad demencial.

La autoridad es como el dinero: si la malgastas en minucias, no tendrás para lo importante. 

Queridos niños:

Cuenta la leyenda que Pulgarcito se adentró en el poblado de los sufridos pitufos. Una vez allí, insolente y descarado, se dedicó a insultarlos y a reírse de ellos. Los pitufos, pacíficos, pero no imbéciles, lo aplastaron como a la más insignificante de las colillas. 

para Vega

A oscuras, en familia, recitaban, susurraban, los poemas de Anna Ajmátova: “He olvidado vuestras enseñanzas, charlatanes y falsos profetas…” Como los sedientos saborean el agua, ellos paladeaban los versos brotados del alma de aquella mujer bella, indómita, inmortal. 

LO IMPORTANTE ES MANDAR

El ideal laboral de muchos españoles es ser jefe. ¿Y qué ocurre cuando hay más jefes que empleados? Pues que hemos llegado al paraíso laboral español, aunque del paraíso al infierno (cierre de la empresa) haya un paso. ¡Que nos quiten lo bailao!

Con la que está cayendo, es de una ignorancia supina perder el tiempo debatiendo sobre "Operación Palace".

Nos ha tocado vivir una época durísima porque tenemos que defender lo fundamental.

Reírse de uno mismo es el primer paso para no caer en las temibles garras de la necedad.

Si alguien me escupe "¿con quién crees que estás hablando?” o "tú no sabes quién soy yo", reduzco a cenizas su asquerosa jeta a base de indignados, inclementes y certeros puñetazos.

ETA

De la cobardía asesina al insultante esperpento.

El benemérito juez Castro tuvo que restregarse durante horas con un estropajo especial para poder arrancarse los 579 infames escupitajos de la desvergonzada infantita de limón.

¡Cuántas veces los llamados círculos literarios no son más que grupos de masturbación recíproca!

La experiencia me ha enseñado que cuando alguien se empeña en destacar que ÉL es DEVOTO de Borges (o de cualquier otro de los grandes), acariciándose la perilla, lo que en realidad nos está diciendo es que ÉL es DISCÍPULO de Borges, generalmente DISCÍPULO AVENTAJADO, por supuesto. Esta mañana he leído esta interesada devoción en una entrevista realizada a un cantamañanas pedantesco. Vomitivo.

Lamentable muchacho, pedante hasta la náusea, crees que eres poeta hasta cuando cagas. Yo creo que, más que escribir, excretas eso que tú llamas pomposamente "MI OBRA POÉTICA".

Estos golfos gubernamentales que, teniéndolo todo, nos quieren quitar a los demás lo poco que tenemos.

Ese tipo fatuo e irrisorio, el “zampalibros”, está preso en su indigestión libresca.

Desconfía de aquellos que quieren cambiar el mundo “por tu bien”, sin consultarte.

Ay, yo que esperaba encontrar un hermano y he tropezado con un adulador.

SANGRIENTA INMIGRACIÓN

Cuando un político desprecia las razones del sufrimiento debe ser destituido públicamente y con deshonor.

Todo pícaro necesita de un sandio para triunfar.

Cree que progresa intelectualmente porque deja de abrazar una burda superchería para entregarse a otra más refinada.  

Con el correr de los años he aprendido que existen tantas formas de ser sincero como de ser hipócrita.

La espantosa legión de los volubles, malcriados, incapaces de sostener una posición durante una semana siquiera.

Las tertulias televisivas y radiofónicas están plagadas de tontos con estudios que, antes de almorzar, solucionan la guerra en Siria, y, ya con el estómago lleno, sueltan cuatro obviedades estériles sobre la sangrienta inmigración africana.

Los científicos nos confirman, con un lenguaje feo y distante, elitista, lo que los poetas vienen susurrándonos bellamente al oído desde hace siglos: estar enamorado es beneficioso para la salud.

Siempre que la vida me zarandea, recurro a Baltasar Gracián, y obtengo un consejo magistral que me endereza con mano firme y certera.

Si Descartes resucitara, su duda metódica estaría encaminada a encontrar solución a esta pregunta: ¿qué tipo de serrín pudre a marchas forzadas el cerebro de Paco Marhuenda?

Para David Torres

El escritor inventa historias intentando explicarse por qué aquel despiadado viento se llevó la preciosa cometa que su padre hizo para él (“mira, estas cañas son perfectas”) con tanto amor. 

Toda la declaración de la infantita amnésica es un escupitajo en nuestras caras. Lo soportamos porque los españoles somos una manada de borregos desnortados. Saldrá impune y sonriente, haciendo un triunfal paseíllo en nuestras mismas narices. 

para Beatriz Faura Pérez

Cuando era adolescente, a mi inestimable amiga le encantaban los muchachos que la hacían reír a carcajadas. Hoy en día, mujer plena, imponente, solo la seducen los hombres que la hacen sonreír con los labios y los ojos al mismo tiempo.

Al final, lo que importa no son los días de tu vida, sino la vida de tus días.

Más que a un contundente mazazo, el dolor que nos inflige la vida se parece a un feroz navajazo. Unas veces, lo vemos venir, pero somos incapaces de esquivarlo; otras, nos lo asesta por la espalda.

Entre la tiranía de las pasiones y la penitencia de los remedios vamos tirando.

Ese término tan español como siniestro: paseíllo.

La agudeza amplía nuestro horizonte y el ingenio lo desbroza.

Había una vez dos amantes que, para comprenderse mejor, intercambiaban cada cierto tiempo sus respectivas gafas durante unas horas.

Ha heredado de su bendita mami la mala leche y el culo fondón.

Solo doy credibilidad a mis arrepentimientos cuando deseo rectificar fervientemente .

Procura no emborracharse el melancólico solitario:

no quiere despertar a sus implacables fantasmas.

Ay, no siempre lo consigue…

Yo te comprendo, pero no voy a permitir que me hagas daño.

La música es el más hermoso remedio contra las múltiples formas de la estúpida maldad humana. 

A deshacerse de cachivaches él lo llama regalar.

Si uno degenera hasta el punto de convertirse en un fanático, lo será hasta la muerte. Lo que ocurre es que muchos fanáticos confunden haberse vuelto razonables con la natural perdida de fuerzas que impone el inevitable paso del tiempo.

Olvidando que el poder corrompe todo lo que toca, degradamos nuestras relaciones amorosas a mezquinas, absurdas y estériles luchas por el sometimiento de nuestra pareja. Y qué horrible resulta constatar que siempre vence el que menos ama.

Intentó enseñar a hablar a su perro y acabó ladrando él.

En todo proceso de curación espiritual hay un imprescindible porcentaje de sal.