Lo importante es sacar la fe de la política; expulsar a todos los
mesías, a todos los salvapatrias, da igual la secta ideológica a la que
pertenezcan o el paraíso que prometan. La política ha de ser algo cotidiano,
sin dioses ni héroes, con hombres y mujeres de fiar que sueñen con el cordón
umbilical atornillado al suelo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario