MÁS TONTOS QUE VENTANAS
Levitas por encima de seres esclavos de su yo inmundo: yo, sin ir más
lejos… Santón pringoso y descarado, sapientísimo cantamañanas, a ver si algún
día consigues levantarte humano y generoso y nos explicas cómo es posible que
aún no te hayas podido liberar del pago mensual de la electricidad, el agua, el
gas y, por supuesto, de la endiablada hipoteca.
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