Silencio emocionado en el pabellón municipal… Al candidato se le han
saltado las lágrimas al recordar el pueblecito que lo vio nacer. “Un pueblecito
precioso, como el vuestro, lleno de gente honrada, como el vuestro, y por qué
no decirlo, con mujeres guapas, como el vuestro; pero dejado de la mano de
Dios, no como el vuestro, que, como ya os prometí en varias ocasiones a lo
largo de la legislatura que está a punto de finalizar, pronto estará comunicado
con el mundo entero mediante el majestuoso AVE”. La marabunta, sumisa e
histérica, lo aclama: “¡Presidente! ¡Presidente! ¡Presidente!”
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