lunes, 24 de agosto de 2015

Hace años tuve un rollito de primavera con una preciosa cocinera china. Un día le toqué el culo a su hermana, que, inmediatamente, se lo dijo a mi cocinera. Esta, roja de ira (estaba rara, la verdad), me acusó de infiel tirando a guarro. Yo alegué en mi defensa que era capaz de distinguirlas de frente, no de espaldas. No me creyó. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario