viernes, 13 de noviembre de 2015

Había oído hablar de ellos. Vienen a las casas haciéndose pasar por empleados de no se qué empresa de electricidad alternativa y baratísima que te cagas, a la caza de personas inocentes e indefensas que les abran la puerta. Esta mañana han venido a mi casa. Le he dicho a mi madre que se hiciera pasar por una ancianita al borde la tumba, y ella ha interpretado el papel a la perfección… Yo he ido detrás de ella. Cuando los tipos han pedido de mala manera que mi madre les mostrara una factura del suministro de electricidad, he irrumpido en escena con esta “grasia” que me caracteriza. Los tipos, válidos para desfilar en una pasarela instalada en las fiestas de sus barrio, han preferido no pelear conmigo su estafa evidente y desfachatada.


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