viernes, 6 de noviembre de 2015

Tú eres hecho real normalizado; yo soy relato irreverente. Tú nunca pierdes la compostura; yo me meto en los charcos para estrenar mis zapatos nuevos; y si no ha llovido, ahí está el mar, mi confidente… Vivimos entre comas juguetonas, puntos suspensivos en los que nos mordemos las uñas, puntos y aparte en donde tomamos aliento para seguir adelante, siempre adelante… Nena, relájate. No me gustaría tener que ponerte entre paréntesis un segundo, o una eternidad. No me obligues a darte un punto final irrevocable en tus labios de caramelo.  

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