Vienes a venderme la Salvación, al margen del Ibex 35, de la corrupción
política, de este mundo a la deriva… Vienes justo el día que he salido a la calle
sin afeitar y en vaqueros irreverentes, maltratados y comodísimos. O tu
impertinencia no tiene perdón de Dios, o el Paraíso no es para mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario