Claro que he visto a una persona fuerte ayudar a otra débil. Muchas
veces. También he visto, y no menos veces, que la débil ha sido indispensable para
la fuerte cuando esta ha sufrido vahídos traicioneros. ¿Y qué ocurre entre dos
débiles? Pues que no les queda otra que intercambiar resentimiento, lágrimas,
risas histéricas, besos desesperados, mordiscos, puñales o nudos corredizos. Dos
débiles no forjan un fuerte, aunque juntos sean menos débiles… Y después de
todas estas conjeturas, reconozco que no he conocido a nadie permanentemente
débil ni incansablemente fuerte. Otra cuestión interesante para repensar y
mantenerme en forma.
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