viernes, 1 de enero de 2016

El ruido y el humo, consustanciales a la política de bajo vuelo. También los ríos revueltos, ganancia de pescadores tramposos.

Prudencia a la hora de mostrar mi modesta erudición, ese traje hecho a la medida de otros: no quiero quedar en ridículo estrepitosamente, y menos ante la gente que quiero y me quiere. Sé que a Platón hay que susurrarlo, no citarlo cual fuego de artificio a discreción.


Quizá acabemos en otro Big Bang, quizá nuestro planeta explote por falta de sitio para acumular tanta tontuna innecesaria. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario