viernes, 15 de julio de 2016

Esta mañana he nadado 300 brazadas fascinado por el sol, y otras tantas de vuelta a la orilla, gracias al riñón que pasó como testigo (la vida es una carrera de relevos) un hombre que murió para que yo viviera… No pienso defraudarte, compañero. Estamos en plena forma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario