Esta mañana he nadado 300 brazadas fascinado por el sol, y otras tantas
de vuelta a la orilla, gracias al riñón que pasó como testigo (la vida es una
carrera de relevos) un hombre que murió para que yo viviera… No pienso
defraudarte, compañero. Estamos en plena forma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario