viernes, 12 de mayo de 2017

La vanidad es previsible, manipulable: escupe al insobornable espejo y lame al histrión adulador.

Ha llegado un momento en que si vemos esta oferta: “Se busca personal que sepa hablar Inglés, Francés y Alemán en perfecto esclavo”, pensamos: “No hablar idiomas es mi talón de Aquiles”. Y la tortuga se descojona…


La distancia idónea en muchos matrimonios es vivir en casas separadas…

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